Y mis ansias
A tu pelo se aferraban
Temiendo hacerte daño
Mis dedos dibujaban
Tus ojos en la arena
Y la sombra de tu alma
Jugaba con las hojas
Del eucaliptus gigante
Ahora ya el tiempo
Navega en solitario
Y la dicha - ¡nuestro amor! –
Fugitiva de ladridos
Corre y corre sin parar…
Mis horas se refugian en recuerdos
Y preso habito
El anchuroso río tranquilo
Repítete de nuevo junto a mí
Como ayer
Como hace un rato
Como luego
¡Sólo así vivo!
Madrid 1972
Este es visceral y bello, profundo y aterrador. Es tremendo abuelo
ResponderEliminar