Confidente de mis noches solitarias
Tumba blanca y enrejada de mi vida
Espejo de mis sueños
Tú que conoces mi voluble ser
Mis escondidos secretos
Que al calmar mi sed de ambiciones
Permaneces fría e impasible
Callando
Sólo vengo a ti con mis tristezas
Pues mis dichas prefiero yo vivirlas
Y tu blancura siempre me consuela
Y tu silencio aún más me tranquiliza
¡Cuántos suspiros me escuchaste!
¡Cuantos mudos consejos tú me diste!
La primera tarde
Sorprendiste mi llanto
Y con tus blancas manos
De helicoidales huesos
Secaste ya mis lágrimas
Fue mi primera confidencia
Tu primer consejo
Pasó un instante
El mundo no estaba quieto
La tierra giró loca miles de veces
Y en su desconcierto
Nos encontró siempre unidos
Yo llorando
Tú en silencio
Mas aquello ya se difumina
En la espesa bruma del recuerdo
Y sin embargo
Al deshojar hoy tu alma - ¡mi alma! –
Entre mis manos
Me tiembla todo el cuerpo
Me encanta explorar tus inicios como poeta. No puedo hacerte una crítica dura abuelo, es imposible hacerla con semejantes poemas!
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