“Después de tantos ratos malgastados,
Tantas obscuras noches mal dormidas…”
F. Quevedo
Tantos después concibo incoherente
Que los antes y ahoras se me olvidan
Por más que, indiferentes, ya me pidan
Sosiego las arrugas de mi frente.
Y es que, entre el adelante y el detente,
Con que a danzar con ellos me convidan
Los mil grillos que en mi mente anidan
Siempre bailo con el más vehemente.
Busco siempre horizontes desmedidos
Fugitivo de vientos y ladridos
Por sanar impaciente de esta herida.
No consigo ceñirme en la mesura
Ni gozarme sereno en la hermosura
Del fluir apacible de la vida.
¡Super-soneto! Ya me empiezo a sentir identificado y sólo tengo 20 años...
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