¡Ay! Quién pudiera
tenerte
Quién sintiera tu
pelo entre las manos
Y al deshojarlo
Encontrar la margarita del amor.
Encontrar la margarita del amor.
Quisiera mirarte
desde dentro
Y sentirte entre
mis venas
Desbordándose mi
sangre
Cual torrente entre
tus piedras.
(Tus alas reflejadas
en mis aguas
Tu aroma, fugitivo
o prisionero
En las flores
verdinegras del placer)
Y abriendo las
entrañas
– tus entrañas ¡Oh madre Tierra! –
Encontrar la
simiente de la vida
Milagro en
entredicho.
Madrid 1974
Supongo que ya te aburrirán mis comentarios, pero es que no sé que decirte más que todo lo que escribes es magnífico. La primera estrofa es demasiado...
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