martes, 19 de junio de 2012

Por la tarde en casa




Desde mi ventana no podemos ver
La puesta de sol
Porque éste se oculta al atardecer
Tras los altos edificios de enfrente.
Miramos, por eso, languidecer
Su luz de poniente
Que mengua poco a poco
Dejándonos en penumbra
Paulatinamente
Cada objeto de nuestro salón.

Con el sol muriente
Hay unos momentos
En los que perdura una luz mágica
Cada vez más tenue
Cada vez más trágica
Que penetra en el alma extasiada
De la habitación.

Transcurrido un tiempo
Cuando ya la noche rompe
Nuestro  misterioso hechizo
Que tanto nos enamora a Ana y a mí
Volvemos de nuevo
Al mundo (mucho más irreal)
De los quehaceres cotidianos.

Enciendo entonces la luz eléctrica
Y escucho y veo en la televisión
Las noticias, casi siempre perversas,
De la actualidad
Olvidándoseme ¡ay!
Nuestra  vespertina emoción de algunos días:
El prolongado crepúsculo desde la ventana
Que reconforta mi espíritu
Más que necesitado, huérfano
De mágicos éxtasis y creadoras fantasías.
                                  Madrid   junio 2012

2 comentarios:

  1. Papa me ha encantado este poema...
    Veo que junio de 2012 esta siendo fructifero!
    ¿para cuando un poema para tu nieta pequeña? ;)
    Besos de tu Mariquilla

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  2. También sabes escribir como los no tan retóricos y exquisitos. Me encanta la sencillez y la frescura de este poema, y me alegra un montón que esa luz moribunda del anochecer despierte tus creadoras fantasías, aunque eso suponga que yo no de a vasto con tanto poema para comentarte!!

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