jueves, 4 de abril de 2013

En el pueblo

He conocido ayer a Inocencio
El tonto de mi pueblo
No, no quería decir eso
¡Qué torpe soy!
¡Qué mal me expreso!
Conocerle, le conocía de siempre,
Desde que éramos pequeños
Y ya han pasado, ¡ay!, bastantes años
Desde aquel conocimiento
Quise decir que ayer
Él y yo estuvimos charlando y riendo
Como dos viejos amigos
En la taberna de Diego
Y pasamos casi tres horas
Hablando y conociéndonos
No creáis que el diálogo fue simple
O que ni siquiera eso
Sino que fue un monólogo mío
Docto y circunspecto
Y que él sólo asentía
Con su sonrisa boba y su mirada ida
A todos mis asertos
No, no, él también me dijo muchas cosas
A veces a trompicones
Otras con confianza y denuedo
Y yo le escuchaba embobado
Absorto y mudo
Sin apenas creérmelo
Fue entonces
Cuando me di cuenta
Sorprendido y hasta con miedo
Que Inocencio
Aparentemente tan corto y tan lelo
Era mucho más coherente
Más sincero y más bueno
Que el engreído que os cuenta
Lo que le sucedió en el pueblo

 

      …………….

 

Y regresé a la ciudad
Donde me vivo en suspenso
Sin rigor, aplomo ni concierto,
Pensando que mi vida es circular
Careciendo de centro
Y que me da cien vueltas
El santo de Inocencio

 

Madrid   Noviembre 2000

1 comentario:

  1. Este poema siempre me ha parecido sobrecogedor y tierno, pero a la vez muy duro. Es muy bueno, me gusta la sencillez con la que está escrito.

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