jueves, 29 de diciembre de 2011

Huye recuerdo



 
                                    A mi padre

Amarillo de abeja,
Cirio apagado, vencido,
Roca viva muriente,
Vete.
Que tu ceniza vuele grises planetas
Que la sombra eterna tu soplo acoja
Que tu alma neta, sola navegue;
Pero tápame tu cara amarilla,
Preludio de tu muerte.
Deja que guarde tus blancos dientes,
Deja que escuche tu risa fresca, tu gruesa boca, tu voz caliente.
Deja que grite y llore tu piel entera,
Tu cuerpo sano, tu humor valiente.
Puedo ver tus arrugas,
Tu andar cansado, tu triste suerte;
Pero tápame tu cara amarilla,
       Tortura de mis sienes.


Jerez, Agosto 1961

2 comentarios:

  1. Es precioso, pero duro de verdad!!

    Mortal de necesidad

    ResponderEliminar
  2. Papá este poema es una joya. Tan gráfico, tan duro, tan ... tú. Sigue publicando que me encanta leerte.

    ResponderEliminar