Sin buscarla,
He encontrado la luna del poeta.
El zumo de unos labios,
Las lágrimas de unos ojos,
O el vuelo de una alondra
Tejían la seda de mis sueños.
La luna del poeta,
Serena y fría,
Aguardaba su noche,
Plena de melancolía.
Y mi alma anhelaba
La caricia sin alma
De su mano helada.
Mas mi cuerpo presentía
El vacío del árbol
Dormido en invierno.
No, yo no la busqué.
Cuando aquellos labios
Cuando aquellos ojos
Se tornaron secos;
Cuando, muda e inmóvil
La alondra fue vencida
Rasgándome mis sueños,
Un velo de plata
Inerte, sin fuego,
Bordó las heridas de los crisantemos
Y ciñó mis sienes de espinas y versos
Trocando mi vida
En llanto y poesía.
No, yo no la busqué.
Fue la luna del poeta
Quien, serena y fría,
Me envolvió en su noche
Plena de melancolía.
Abuelo, te hemos creado este blog para que disfrutes y nos hagas disfrutar con tus líneas. Espero que además tu luna también me envuelva.
ResponderEliminarUn beso muy poético.
Papá poeta, sigue escribiendo y compartiendo con nosotros esa cabeza pensante y ese corazón sensible. Muchos besos
ResponderEliminarDeja, deja
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ResponderEliminarTodo un placer el haberos conocido Paco y Ana, hoy en nuestra sede... comparto con su permiso este blog de un jerezano mediante los canales de Jerez Sin Fronteras ;)
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