Del roto pantalón y del cordero
Del dulce sonar de los “te quiero”
Y el “mon amour” que a veces te decía
Vividas en el pueblo marinero
Al calor familiar de un buen brasero
Mi corazón cantaba tu elegía
Perfumadas de hinojo y yerbabuena
Sol y lluvia de eterno sedimento
De corte de raíces sin herida
Que hizo amor del sacro sacramento
Soneto sublime abuelo. Siento gran admiración por ti. Muy hermoso y musical!
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