He subido la cuesta lentamente
Y al llegar al altozano
Jadeante aún
He mirado la senda estrecha recorrida
Tortuosa, zigzagueante y empinada
Como mi vida
Hago un descanso pequeño en el collado
La mañana está fresca y el aire límpido
Que siempre hay en las cuerdas
Oxigena mi alma
Y reconforta mi respirar entrecortado
Y pienso en ti
Con la serenidad que dan los años
Y al mirar la otra vertiente
Que se abre y ofrece amorosa a mi mirada
Desciendo al valle con la mente
Recorriendo la ribera muy despacio
Y besando tus labios y tu pelo
Acariciando tu cintura
Mirándome en tus ojos
Abrazándote con dulzura entre los chopos
Madrid septiembre 2000
papa esta poesia me encanta. te veo subiendo la cuesta rodeado de naturaleza...muchos besos y sigue publicando, anda.
ResponderEliminar