A mis nietas Marina e
Irene
Mi hija Concha, vuestra madre
Tenía gran facilidad para los idiomas
Cuando Berlín se puso de moda
La subvencioné su estancia allí un mes
Para perfeccionar su alemán
Y bastante más tarde consiguió
Dar clases de español en un colegio
En la Selva Negra creo
Dejasteis aquel paraíso forestal
Porque en el pueblecito donde vivíais
Solo había personas de edad
Y preferisteis volver a España
Francés e inglés también los dominaba
Podemos asegurar que en la familia
Era, entre otras muchas cosas
La mejor políglota
Madrid 17 de
noviembre de 2020
Soy Marina , que bonito abuelo, me ha encantado. Te quiero muchísimo.
ResponderEliminarPapá, que bien que dediques a tus nietas otra poesía. ¡Cómo me alegro!
ResponderEliminarSi que es verdad que Conchi hablaba más idiomas que nadie de la familia. Cuánto la extraño papá. A veces, sueño con reencontrarme con ella algún día y compartir cosas con ella de sus hijas. Pequeñas anécdotas, vivencias minúsculas, sentimientos casi invisibles que solo ella - por ser su madre - y yo - por vivirlas tanto ahora - podremos entender de manera cómplice.
Ojalá llegue algún día ese momento en esta vida o en otra.
Muchos besos
María no me importa que pienses en poder compartir con Concha cosas de sus hijas. Pero yo no puedo opinar que exista después de morirnos otra vida posterior. De ahí
Eliminarvienen los nefastos problemas que ocasionan las religiones y sus seguidores. La reencarnación tan difícil de creer como las demás parece la más inocua.
Todo me parece soberbia de los humanos de vivir otra vida. ¿Por qué no un paraíso de hormigas o lombrices?
Vanidad de vanidades. Un beso