El niño que nace en nosotros
Todas las mañanas
Con su candor e inocencia
Descubre siempre mejor
Descubre siempre mejor
La senda que nos conviene
En cada encrucijada
En cada encrucijada
Aprendamos a escucharle
Nunca le enseñemos la malicia
Que puede existir en un mundo adulto
Ojalá su nacimiento matutino
Sea la bienaventuranza
De todos nuestros amaneceres
Madrid 7
de mayo de 2020
Ese niño al que queremos eliminar durante la adolescencia, por suerte vuelve con los años a ayudarnos a encontrar esa senda necesaria, guiándose de su propio instinto.
ResponderEliminarQuerido papá:
ResponderEliminarMe encanta que hables del niño que todos tenemos dentro. Me encanta. Coincido contigo en que a medida que crecemos, el convertirnos en adulto, nos hace perder esa ingenuidad y esa inocencia. Y qué poco escuchamos a ese niño. Y cuánto ganaríamos si lo escucháramos más. Es verdad que ese niño sabe qué camino debemos tomar mejor que el adulto que somos.
Qué delicada poesía, papá, cuánto transmites en tan pocos versos.
Me da curiosidad saber cómo eras tú de niño, cómo fue tu infancia, tu relación con tus hermanas, con tus padres.
Sabes que yo tengo la sensación de haber sido niña muy poco tiempo? Siento que tuve que ser adulta pronto, y a veces me cuesta mucho conectarme con esa parte mía niña, aunque pueda tener un aspecto joven o incluso infantil en algunos aspectos. ¡Qué cosas!
Bueno, que me ha encantado y que, como ves, cumplo mis deudas.
Deseosa estoy de leerte en tu nueva entrega.
No tardes.
TE quiero