Mi fe
Los cerezos japoneses de la plazuela
Empiezan ya a florecer este invierno
Resurge ahora su habitual naturaleza
Dando la alegría a mis pensamientos
Cautivados por la maravillosa fuerza
De esa mágica vida en la que sí creo.
Estas flores tan precursoras y plenas
Igual, lo mismo que las del almendro
Anuncian que la tierra no está yerma
Y que gusta de desvelar sus secretos
Sin necesidad de cosa tan inconcreta
Como la póstuma vida para crédulos.
Madrid 28 de
febrero de 2020