martes, 19 de marzo de 2013

El álbum de la nostalgia

Recuerdo un álbum de cromos que en mi infancia redondeó mis ojos de vuelos de colores.

Diminutos colibríes, papagayos del trópico, somormujos altivos de cabeza coronada, plumas y nombres sonoros, penetraron por mis pupilas de niño dando en aquellas páginas de aves, pista de despegue a mis volátiles fantasías.

Ha pasado una treintena de años.

Hoy, mis hijos navegan sus vuelos de esperanza bajo el cobijo inexperto de mis desmitificadas realidades.

Y sé que el colibrí existe y flota ciertamente en el aire mientras liba y que vocean estruendosos los loros en la selva lujuriante, sin milagro; y he visto el cisne de cuello negro paseando majestuoso sobre su lecho lacustre en las lejanas tierras del paisaje chileno.

Pero sé también que la fábula de sus vuelos, sus cantos y sus fascinantes alas destiláronse en mi frente, sedimentando hermosas pero definidas concreciones.

Y una nostalgia, entre piadosa y amarga, contempla las estampas que coleccionan  hoy mis hijos y remueve el recuerdo de aquel álbum de pastas azules de donde manaron algunos de mis mundos sin retorno.

Y del niño que fui, ya irrepetible, una lágrima sigilosa y salobre se evapora en el aire de esta noche insomne mezclada con el humo caprichoso del cigarrillo real que expira por mi boca.
 
                    Madrid   6 marzo de 1977

 

 

1 comentario:

  1. Buenísimo abuelo, como siempre. Me encanta el estilo que utilizaste en este

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