Mi mente juvenil osada
Ingenua mi pasión
Y montaraces
Los desbordantes deseos
De mi fantasía confiada
Mi corazón quería ser
Simiente de feraces cosechas de alegría
Que con entrega integral a mi tarea
Repoblase de inquietudes vitales
El entorno opaco de mis tierras
Pero un manto gris
De días iguales
Arrasó las luces de mi frente
Embridando mi rota sien
Con una monótona rutina sofocante
Y son los cardos segados de este estío
El único fruto de aquella primavera
Preñada de esperanzas e ilusiones
Y con impares esfuerzos fecundada
Mas la rabia incontenible de mi casta
Y el valor de mi pecho sin fisura
Me llevarán
Sereno y sosegado
A la labor cotidiana de mi lucha
Y a la siembra pertinaz de mis ideas
No me arredra
El fracaso de los cardos en mi mano
Ni el ahogo de la niebla que me nubla
Ni siquiera el continuo y contumaz
Acoso del contorno
Romperé este otoño con mi arado
Nuevamente
Las entrañas de mi surco
Y volcaré en el suelo roturado
El sudor y las astillas de mis sienes
Con la fe del triunfo en el futuro
¡Qué pasada! Me lo guardo para momentos algo difíciles
ResponderEliminarNo vale. Son antiguas. Yo quiero sabia nueva. Besos. Maria
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