A Rosario, mi psiquiatra,
tan profesional y tan querida
A pata coja
Una noche, en la duermevela
Veía mis demonios familiares
Junto a mi lecho de estrellas.
Al instante, sopesé mis males
Pretendiendo subir y cogerlas
A pata coja en horas impares
A pata coja en horas impares
Como si huir siquiera pudiera.
Me dormí en las dudas finales
Rodeando sueños y quimeras.
Desperté cual trágico primate
En el confín curvo de la tierra
Encima de volcanes sin cráter
Hacia una vida cuasi perfecta.
Pero el rescoldo de este viaje
Marcará esa debilitada silueta
De cuyo entorno es un paraje
Mágico, toda esa duermevela.
Madrid 18 de octubre de 2019
Me ha emocionado. Precioso lo de A pata coja en horas impares
ResponderEliminarComo si huir siquiera pudiera.
Que bien papá
Papá, ERES UN ARTISTA, no puedo decir otra cosa.
ResponderEliminarDices TANTO en tan poco verso... TANTO...
Me ha gustado muchísimo, y me ha gustado muchísimo más que se la dediques a Rosario, la segunda mujer de tu vida ;)
Esos volcanes sin cráter, qué ingenio el tuyo papá, maravilloso.
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