Rodeando persistentes
Tu afán de libertad
Bloqueando pérfidos
Los resquicios de luz
Que ignoran necios
El placer de la humildad
Y cedes sin remedio
Intentando siempreAmanecer mañana
Olvidándote de ser
Quien tú querías
Respirando esa inmundicia
Toda tu amarga vida
A tu lucha esencial
Sin saber lo que era, es y será cierto
"Un hombre puede ser destruido, pero no derrotado". Decía Hemingway. Pero claro, él no lo sabía. Me gusta mucho, abuelo.
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